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En la actualidad, la Generación Z desempeña un papel crucial en el mundo del consumo, desafiando a las marcas a adaptarse a sus conductas de consumo, dejando de lado el clásico funnel de ventas. La Generación Z destaca por su capacidad para encontrar rápidamente información en línea, pues crecieron con la tecnología, lo que les permite acceder fácilmente a una gran cantidad de datos e información.

Es por eso que, para mejorar su eficiencia, se ha creado un nuevo funnel. Este modelo comprende diferentes etapas, las cuales son:

Inspiración: Durante esta fase, la Generación Z deja fluir su creatividad y da vida a nuevas ideas, es el momento en el que exploran contenido con el que se identifiquen antes de decidirse a adquirir un producto o servicio específico.

Exploración: Al contrario de lo que se pensaba, las redes sociales no son solo para compras impulsivas. Los jóvenes realmente se preocupan por la calidad de lo que van a comprar, por eso investigan antes de hacerlo. Buscan reseñas y opiniones de otros usuarios para asegurarse de tomar la mejor decisión.

Comunidad: En la actualidad, las marcas están llamadas a construir y nutrir comunidades en lugar de enfocarse exclusivamente en las ventas de productos. Para la Gen Z, las conexiones auténticas y las experiencias compartidas son esenciales. Esto implica ofrecer un espacio donde los miembros de la audiencia puedan conectarse, compartir vivencias y sentirse parte de algo más que una transacción comercial.

Lealtad: La Generación Z espera que las marcas compartan sus valores y muestren un auténtico compromiso con su bienestar. Más que simples transacciones comerciales, para ellos la lealtad implica establecer una conexión emocional genuina y recíproca con las marcas en las que confían.

Algunas marcas han sabido cautivar de manera inteligente a los consumidores de la Generación Z, usando su sitio web. Por ejemplo, la marca de ropa ‘CoolThreads’ implementó una estrategia de personalización única al permitir que los clientes crearan perfiles con sus preferencias de estilo y recibieran recomendaciones de productos basadas en sus gustos. Además, ofrecieron entregas rápidas en un plazo de 24 horas y un servicio de devolución fácil, lo que generó una mayor satisfacción del cliente y aumentó la lealtad a la marca entre los jóvenes compradores.

Es evidente que las marcas han dado los primeros pasos hacia la digitalización, pero aún hay mucho camino por recorrer.

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